sábado, 11 de abril de 2009

Mis perros


Tengo en mis brazos la cabeza de una gran danés,
aunque ella lo pretenda, su más de medio centerar de kilos
no caben en mí;
mientras un proyecto de cocker
pugna por subir a mi falda.
A mi lado juegan
bestialmente
un rottweiller a escala
con una cachorra de patas eternas
y orejas en punta.
La abuela del clan
reclama su cuota de mimos,
abriendo sus fauces de dientes mochos.
Afuera
disfruta de la lluvia
el enano del jardín
y atraviesa la puerta
una negra flaca
con cara de yo no fuí.
Al llamado acude
el resto del grupo:
un ovejero cordobés que habla,
se sabe bello pero no se la cree,
y un bombón canino
rosadito por siempre,
más bueno que la buena Lasie.
Por dónde andará mi pequeña suricata?
Son mis perros,
mis amigos,
mi compañía.
Más fieles que mi propia sombra
porque no me abandonan en días nublados
ni en noches sin luna.
Nos necesitamos
y nos tenemos.

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