domingo, 29 de junio de 2008

Perros de la calle


A veces necesitan sólo un lugar tranquilo donde detener la marcha de un eterno andar y descansar...
A veces un poco de agua, un pedazo de pan, migajas de compasión.
A veces simplemente no ser vistos, para no ser golpeados, echados, agredidos de modos humanos...es tan cierto lo que escuché...tenemos tanta ocurrencia para el daño.
Queremos creer que les tememos, como si fuera maldad lo que se apaga en sus ojos tristes.
Sus fuerzas se pierden, como el pelo que pierden a merced del hambre y la enfermedad.
Están entre nosotros, tras nuestros pasos, bajo nuestra sombra, se juegan su suerte a nuestra volundad, dependen de nuestro amor y nuestro desamor.

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